miércoles, 20 de abril de 2011

Yours

A Tara se le revolvió el estómago cuando Charlie le obligó a adentrarse en sus ojos azules. Esos ojos que le daban la calma que tanto necesitaba y turbaban los profundos mares de sus pensamientos.
Tara sabía que Charlie tenía el hombro más perfecto del mundo y los brazos que mejor la abrazarían.

Pero no era suficiente.

Quería saber cómo sonaría un "te quiero" de sus labios. Quería saber cómo sería nadar en esos ojos. Quería conocer el latido de su corazón siempre sonriente. Quería que Charlie le dedicase seis sonrisas cada día:

1. Al despertar.
2. Cuando Tara le abrazase por detrás y le diese un beso en el hombro -Charlie era demasiado alto para alcanzar su cara.
3. Cuando tara tropezase con el mismo escalón de todos los días que está antes de cruzar la acera.
4. Después de cada beso.
5. Otra para cuando riesen juntos.
6. La que dijese: "Eres todo lo que siempre soñé."

Tara amaba de veras los ojos azules de su amigo Charlie.

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