jueves, 24 de marzo de 2011

Todo cuanto desear

Ella, que mira al cielo nocturno y cree que los aviones son estrellas que le concederán sus deseos. Ella. ¿Qué desea ella? ¿Qué anhela ella? ¿Qué más puede desear la perfección?

Nunca necesitará pedir un manto que le abrigue, pues yo le prestaré mis brazos. No necesitará conocer la razón de por qué llora, pues yo admiraré la fuerza de sus lágrimas ya sean de alegría o de tristeza. No necesitará pedir dejar de estar sola en las noches, pues yo estaré con ella a cada momento que me lo permita. Y que, por favor, que nunca desee abandonar la realidad, porque si ella desaparece, se derrumbará mi mundo.



Dios mío, creo que soy yo quien necesitará que los aviones sean estrellas.

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