sábado, 26 de marzo de 2011

Madrid fue testigo

Laissez faire.
Dejad hacer.
Simplemente, deja que fluya la noche y nos envuelva.
Que empiece con una sonrisa tímida cuando nos veamos desde lejos y con un acicalamiento rápido en cualquier reflejo de un escaparate -¡por favor, que nada más verme te mueras de ganas de besarme!-. Un beso breve y un roce de manos. Electrizante. Y después caminar juntos, dando vueltas, y aunque me maten mis propios pies a cada paso, un tour nocturno por Madrid no tiene precio. Y todo para acabar tomando un helado-para nada simple-, pero incomparable al sabor a ti.

Madrid fue testigo de cómo mi mundo se ponía del revés.

1 comentario:

  1. uooh! Te has dejado caer de nuevo por aquí Tara ^^
    (quealegríalamía)

    muá

    ResponderEliminar